Era el invierno de 1999, la Ley de Arbitraje y Mediación tenía algo más de 1 año de promulgada, y lo que había era una crisis bancaria, crisis política, se pensaba en elaborar una ley que ponga en funcionamiento la dolarización, que luego se llamó Ley para la Transformación Económica del Ecuador mejor conocida como “la trole 1” y estaría demás decir que la situación económica no solo que no era la mejor, sino que para muchos economistas ha sido la peor crisis que ha tenido el país. En ese contexto, acudían al Centro de Arbitraje y Conciliación y a la Cámara de Comercio a fin de que esta última interceda en la reprogramación de créditos, recuerdo que así sucedió con el sector importante de taxistas que habían tenido problemas con los créditos obtenidos para sus unidades de transporte. En el Centro de Mediación se realizaban las audiencias de mediación con deudores de la banca que en el curso de la audiencia eran desbordados por emociones que los terminaban quebrando.
En esas primeras mediaciones, en las que participaba como co-mediador era muy habitual escuchar a los abogados decir, incluso antes que se instalase la Audiencia, “señor Mediador haga el favor de adelantar el Acta de Imposibilidad de Acuerdo que en este caso no habrá mediación”. La dinámica de las mismas era de mucha confrontación. En algunos casos, las partes entraban a analizar el conflicto y buscar opciones de solución, pero lo hacían bajo una estrategia de negociación que era exclusivamente distributiva con la que esperaban “despellejar a la otra parte”. Recién empezaba el camino al cambio de nuestra actitud frente al conflicto.
Para ese entonces, la Cámara de Comercio de Guayaquil, realizaba permanentemente cursos de formación en Métodos Alternos de Solución de Conflictos, sobre todo relacionados con la negociación, mediación y arbitraje. La información y difusión de estos sistemas estaba, en ese entonces, a manos del sector privado.
Al poco tiempo empezaron a rendir fruto las capacitaciones tanto a los mediadores, abogados y público en general, llegaron los primeros acuerdos de mediación. En esa experiencia fuimos aprendiendo, todos los mediadores, que al guayaquileño, y considero que a los ecuatorianos en general, nos gusta que nos empujen un poco al momento de negociar, que haya una participación proactiva del Mediador pero sin transgredir la línea de la imparcialidad y neutralidad, por eso la Conciliación, tomando como referencia la concepción de FRANCESCO CARNELUTTI, se fue imponiendo, y de hecho considero que es el sistema idóneo para aplicar en el país. Sin duda a medida que la sociedad vaya evolucionando en sus actitudes frente al manejo del conflicto, los mediadores y negociadores nos capacitemos más y obtengamos más experiencia, se podrá llegar a la práctica pura de la Mediación.
Hoy nos encontramos con mediaciones o negociaciones que en la mayoría de casos las partes comparecen distendidas, conociendo que es una oportunidad para resolver el conflicto, que están protegidos por la confidencialidad y pueden extenderá tanto como quieran, donde nada los apremia ni limita más que ellos mismos, y por supuesto la ley. Esto facilita mucho el trabajo del mediador o negociador, permite una pronta y acertada lectura del conflicto, tiene colaboración al momento de generar opciones, y logra una empatía que es tan necesaria para lograr los acuerdos.
Ahora bien, que hay por parte del estado?, se mantiene en su plan estratégico de la Función Judicial 2013-2019 en el que se establece como política crear centros de mediación, siendo los principales en Guayaquil, los de los complejos judiciales de Valdivia y Florida. La tasa de acuerdo está por encima del 80% en materia laboral e inquilinato.
Otro aspecto a destacar es la vía por la que se accede a la Mediación, sea extrajudicial o sea dentro de un Arbitramento. Desde el punto de vista del dinámica del conflicto, la primera tiene una ventaja sobre la segunda siendo que la demanda arbitral en sí, constituye una escalada del conflicto, lo que hace más difícil a las partes y a sus abogados concentrarse en sus intereses. Si revisamos la tasa de acuerdos alcanzados en procesos de mediación extrajudicial respecto de los que se dan dentro de un Arbitramento, en este último el porcentaje de éxito baja considerablemente.
De lo que debemos estar conscientes es que la sociedad de hoy entiende de mejor manera el conflicto y busca entenderlo, de manera directa o a través de terceros como negociadores o mediadores, para crear acuerdos definitivos.
Abg. Ruggero Echanique I.
20 años de la Ley de Arbitraje y Mediación, Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Guayaquil, 29 de noviembre de 2017